Abraham Valdelomar
Pedro Abraham Valdelomar Pinto nació en Ica, el 27 de abril de 1888,sus padres fueron Anfiloquio Valdelomar Fajardo y Carolina Pinto. Pasó sus primeros días en una pequeña casa en la cuadra tres de la Calle Arequipa de dicha ciudad. Hasta hace muy poco podía apreciarse una placa recordatoria en dicha casa señalando el hecho, lamentablemente, el terremoto del año 2007 provocó el derrumbe completo de dicha primera casa de Valdelomar.
Pasó su infancia en el puerto de Pisco. Las experiencias de su infancia, vinculada al mar y al campo, influyeron decisivamente en su obra. Estudió la secundaria en el colegio Guadalupe de Lima, donde funda y dirige un periódico escolar: La Idea Guadalupana (1903) y en 1905 ingresó a la facultad de Letras de la Universidad de San Marcos. Sin embargo, dejó las clases al año siguiente para trabajar como dibujante de revistas como Aplausos y silbidos, Monos y Monadas, Actualidades, Cinema y Gil Blas. Sus primeros versos, de estilo modernista, los publicó en la revista Contemporáneos; sus primeros cuentos, al año siguiente, aparecieron en Variedades e Ilustración Peruana.
Su obra temprana está marcada por la influencia del modernista Manuel González Prada: poemas, crónicas periodísticas y cuentos, así como dos destacadas novelas cortas: La ciudad de los tísicos (1911) y La ciudad muerta (1911), en las que es patente la devoción del autor por Gabriele D'Annunzio.
En 1912 participó en la campaña presidencial de Guillermo Billinghurst. El triunfo de este candidato le proporcionó la dirección del diario El Peruano en 1912, y, al año siguiente, un puesto como diplomático de su país en Roma, ciudad en la que escribió su obra más importante, El Caballero Carmelo.
A su regreso a Perú, tras el derrocamiento de Billinghurst, en 1914, trabajó como secretario personal del polígrafo peruano José de la Riva-Agüero, bajo cuya influencia escribió La mariscala, biografía novelada de Francisca Zubiaga (1803-1835), esposa del presidente Agustín Gamarra y figura destacada de la política del Perú de la época.
Volvió a ejercer como periodista, colaborando sobre todo en el diario La Prensa., donde utilizó el seudónimo "El Conde de Lemos" para firmar sus secciones "Crónicas frágiles" y "Diálogos máximos". Asiduo del Palais Concert, en él fundó la efímera pero influyente Revista Literaria Colónida y encabezó el movimiento intelectual del mismo nombre (movimiento Colónida), de corte esteticista. Ese mismo año publicó Las voces múltiples, libro en el que se reunían poemas suyos y de otros autores del movimiento. En él se recogen los poemas más conocidos de Valdelomar; "Tristitia" y "El hermano ausente en la cena pascual".
En 1919 es elegido diputado por Ica al Congreso Regional del Centro, en una reunión de dicho Congreso en la ciudad de Ayacucho, sufrió una caída en las escaleras que le produjo una fractura de la espina dorsal y varios traumatismos los cuales, luego de algunos días de agonía, le causaron la muerte. Actualmente sus restos reposan en el Cementerio Presbítero Matías Maestro.
Su mejor ficción se encuentra en dos colecciones de cuentos: El caballero Carmelo (1918) y Los hijos del sol (1921), que se consideran dos de los primeros testimonios del cuento criollista peruano. En el cuento "El caballero Carmelo", que da nombre al primer libro, se utiliza un vocabulario arcaico y una retórica propia de las novelas de caballerías para narrar la triste historia de un gallo de peleas amado por los niños de la casa. En Los hijos del sol, busca su inspiración en el pasado histórico del Perú, en la época de los incas.
Novela
• 1911 - La ciudad de los Tísicos
• 1915 - El Alfarero
Poesía
• La casa familiar
• En mi dolor pusisteis
• Tristitia
Teatro
• 1914 -El vuelo (Drama inspirado en el vuelo de Carlos Tenaud pionero de la aviación peruana)
• 1916 - Verdolaga (Tragedia de la que solo se conservan fragmentos)
• Palabras (Tragedia modernista y alegórica en 1 acto)
Ensayo
• 1910 - Con la argelina al viento (crónicas)
• 1917 - Ensayo sobre la psicología del gallinazo
• 1917 - Con la argelina al viento
• 1918 - Belmonte, El Trágico. Ensayo de una estética futura a través del arte nuevo
• Los ojos de Judas
• Yerba Santa
• El vuelo de los cóndores
• El hipocampo de oro
• Hebaristo, el sauce que murió de amor
• El círculo de la muerte
• El sueño de San Martin
No hay comentarios:
Publicar un comentario